La Nación en Llamas

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Capítulo 1 - El mal necesario

Si hay algo que la vida nos enseña por las malas, es que los conflictos son inevitables y no hay nada que podamos hacer para evitarlos. Ya sean a través de anécdotas o experiencias personales, lo hemos visto en todas sus facetas. Tarde o temprano siempre llegan. El como los afrontamos es lo que habla de nosotros, define nuestro carácter ante dichas situaciones y determina el resultado de la misma.
Es por eso que se los considera males necesarios, porque, nadie dijo nunca que ésta vida sería sencilla ¿verdad?

Tal caso sucedía en cierta nación de un mundo parecido al nuestro, pero con notables diferencias.
En el año 1910, del calendario alterno, el Imperio de Krimenia, ubicado en el centro del continente, le declaró la guerra a su vecino de occidente, el Reino de Ansagne por cuestiones territoriales. Una disputa que había iniciado dos décadas atrás por la apropiación de territorio krimenio por parte del reino, ésta guerra había debilitado considerablemente al imperio, debido a que otras dos naciones se habían unido a la invasión indiscriminadamente. Desde aquella guerra de tres años y posterior derrota del imperio, las cosas no pintaban muy bien para su porvenir, no sino hasta mucho tiempo después, durante los inicios del nuevo siglo, que todo parecía más brillante para los habitantes de Krimenia.

Las primeras dos campañas de expropiación resultaron gratificantes para el imperio, ese sentimiento de fuerte nacionalismo había regresado a los corazones del pueblo krimenio, lo que los impulsó a seguir con la guerra.
A finales de julio de 1910, había iniciado una nueva campaña militar, ésta vez incitado por el estado mayor ansagnio, el ejército del reino fue desplegado para invadir el territorio krimenio del Heizendorf, como represalia por las anteriores campañas del imperio, éstos sin embargo parecían no rendir frutos, y resultaban en una derrota tras otra, lo que ponía bajo presión al estado mayor ansagnio, provocando en ellos la desesperación y limitando sus opciones ante la situación.

Todo esto los llevaba a tomar medidas más extremas.

21 de septiembre de 1910. En algún pasillo del cuartel general krimenio. Harlum, capital imperial.

Desde el momento en que supimos que todo sería diferente, nunca nos hubieramos imaginado qué tanto lo sería.

Todo había escalado a un nuevo nivel, y teníamos previo conocimiento de ello.

Aún así, no han logrado tomarnos desprevenidos, por lo que su objetivo inicial había fallado.

Buenos días, soy la Teniente Coronel Erika Van Belle, oficial imperial, trabajo como subordinada y asistente administrativa del canciller de la nación, Lord Aizern Kolt Herzok.

Desde el inicio, este puesto laboral ha sido más que gratificante, en cuanto a lo profesional como en lo personal.

Servir directamente en los más altos cargos del ejército, es de las actividades mejor pagadas del país, claro, sin olvidar el propósito por el que estás ahí, es decir, ayudar en las tareas administrativas que se requieran para el óptimo manejo de las tropas en el frente, asunto en el cual tengo experiencia.

Debo mencionar también que es toda una satisfacción personal poder servir al hombre que tanto admiro, no, mejor dicho, al hombre a quién más amo... Así es, desde que lo ví por primera vez, Lord Herzok se ganó mi corazón y él es consciente de ello.

El día que fuí contratada, sí, aquel día, me armé de valor y le declaré mi sentimientos, se lo dije con todas las letras y con una determinación que ni yo misma conocía... Aún así, sufrí el dolor del rechazo... Ni todas las heridas que sufrí en la guerra se comparaban con aquella, había recordado lo que es el dolor... Pero... Durante esa larga noche, entre lagrimas y sollozos, logré pensarlo como una persona madura y racional, hasta que la respuesta llegó a mí.

Primero que nada, entendí que una persona en la posición del canciller no tiene tiempo para lujos mundanos en tiempos de guerra, como lo es una relación sentimental, fue por eso que entendí su rechazo... No fue porque no sea de su agrado, eso me reconfortó.

Y segundo, estaba cometiendo un terrible error al caer en una bajeza tan infantil como llorar por ese motivo... Si quería ganarme su atención, debía hacerlo mostrándole lo mejor de mí, siendo la clase de persona que se asemejaría más a él; madura, razonable, con objetivos claros y siempre leal a mis principios, tal y como lo fuí durante mi servicio en el frente... A final de cuentas, fueron esas características las que me llevaron tan lejos en tan poco tiempo.

Por lo tanto, si ser como soy es lo que me acercará más a él, entonces, para el final de la guerra ya tendré notables oportunidades.


Sonríe para sí misma.
Un par de oficiales conversando se cruzan del lado contrario a Erika.
- ¿Oíste lo que pasó en el este?
- Es de lo único que se habla desde ayer, ese ataque fue inesperado.
- Mi familia vive en Turz, sólo quiero saber si están bien.
- Ese asunto tiene muy preocupados a mis superiores, estuve llevando y trayendo informes toda la mañana.
- La vida de mensajero debe ser muy dura.

Erika se limita a observarlos sin mover la cabeza.

El ataque a la ciudad de Turz, lo veíamos venir, por eso militarizamos toda la frontera

Todo esto tiene un trasfondo más previo... Desde la llegada de las tropas britanias al frente, la situación se complicó para los cuarteles del oeste, se había formado un tercer flanco... Multitud de divisiones ansagnias en el sur y el oeste de Alubia, y un desconocido número de soldados britanios intentando cruzar la frontera con Bressna, toda nuestra fuerza estaba concentrada en el flanco derecho y en el central, ya estabamos listos para transportar refuerzos traídos del este, pero, algo lo arruinó todo...

El Imperio Vlad le había enviado un ultimátum a Krimenia, siete días antes, solicitando que deje de atacar a las tropas britanias, o de lo contrario movilizará a su ejército hacia nuestro territorio... Nuestra respuesta era obvia y no íbamos a abandonar nuestro objetivo, acabar con todos los enemigos del imperio, así que lo más razonable fue preparar al ejército del este para un posible ataque inminente... Y así sucedió.

El día de ayer, tres ataques simultáneos en la frontera oriental golpearon fuertemente a las defensas krimenias; a orillas del río Barako-tieg, un descomunal número de tropas vladias fueron desplegadas para intentar tomar posiciones en suelo del imperio, la rápida acción del ejército del este impidió su avance y derribaron todos los puentes como medida de seguridad; la ciudad de Turz también fue atacada, o más bien dicho, quedo como un intento de ataque, hasta donde sé, las fuerzas vladias no lograron ingresar a la ciudad; y por último, el ataque a Kruzia oriental, cerca de un millón de soldados enemigos fueron movilizados y se asentaron en la frontera, posiblemente para futuras ofensivas.

Estos ataques complicaron las cosas, ya que significa que el frente occidental seguirá estancado hasta que resolvamos la situación en el este... En este mismo momento, debo llevarle un informe a Lord Herzok con respecto a las condiciones del cuartel oriental.


Erika detiene su paso frente a la puerta, con una mano sostiene los documentos y con la otra golpea antes de entrar.

- Adelante.
Exclama la voz en el interior del salón.

Accede e informa el motivo de su presencia.
- Con su permiso, Lord Herzok, el cuartel de Ebenen ha notificado su estado.

Dentro de la oficina se encontraban tres hombres. Detrás del escritorio, el canciller y general de todas las fuerzas armadas imperiales, Aizern Kolt Herzok.
- Y bien, ¿son buenas noticias?
- Cuentan con dos grupos de un millón de soldados ya replegados en toda la frontera, sumado a otro grupo de soldados de reserva, estos últimos son descritos como inexpertos recién salidos de sus respectivas escuelas militares.

- La situación se ve favorable, pero no podemos permitirnos desperdiciar las tropas que poseamos, habrá que realizar movimientos precisos.
Dice el hombre a la derecha del canciller.
El General de brigada y sub jefe del Estado Mayor, Johan Der Dragunov.

- Son recursos a final de cuentas, de todos modos podemos contar con las reservas en un caso de emergencia, sólo necesitarán de entrenamiento y estarán listos para la batalla.
Comenta el hombre a la izquierda de Herzok.
El Teniente General Hansen Kaul Herskauff.

- Aún cuando lo veamos de esa forma , debemos recordar contra quién estamos luchando.
Expresa el hombre detrás del escritorio.
- Teniente Coronel, ¿y el estado de sus suministros?
- Estables, señor, les alcanzará hasta el final del invierno como máximo.
- Debemos mantener el abastecimiento en un nivel manejable para ambos frentes, así evitaremos la escasez para la próxima estación.
Declara Dragunov.
- Entiendo perfectamente su preocupación, General, la situación en el este es mucho más complicada de la que creemos, de ello depende también el frente occidental.
Responde Herzok.
- Hablando de eso, Lord Herzok, han informado que el terreno en el flanco central ya no es viable para una contra ofensiva... El deterioro del suelo tras la última operación, dejó intransitable los caminos y los escombros acumulados en los campos sólo empeoraron las cosas.

Claro, la fallida operación del General Herskauff en Alubia, una oportunidad desaprovechada... Después de aquel ataque, en el que se planeaba romper el cerco enemigo usando la misma táctica que en Nu Galian, aviones bombarderos deshaciéndose de la primera línea de trincheras para dejar avanzar tropas de infantería y que acaben con las demás líneas, pero todo fue un fracaso... El bombardeo debió deformar de sobremanera el terreno, sumado a las trincheras ya excavadas en el lugar, lo que impediría el paso de nuestros vehículos blindados, sin contar con los edificios destruidos de los pueblos aledaños... Era nuestro único acceso directo a la capital del reino, ahora nos veremos obligados a buscar otro camino, retrasando así la victoria por quizá unos meses más.
Herzok lo expresaba mentalmente.

- Hablaremos al respecto en otra ocasión, ahora nos concentraremos en como lidiar con los vladios.
- Entendido, señor.
Le responde Erika.
Herzok se levanta de su asiento y camina hasta un mapa colgado de la pared para analizar la situación.

...

Lo piensa, y bajo la atenta mirada de los demás, pregunta.
- ¿Como cuántos días nos tomaría llegar hasta Karsak?
- ¿Hasta Karsak?... ¿en territorio de Volska?
Cuestiona Dragunov.
- Así es, si logramos el total control de la ciudad, tendremos una posición más favorable en el frente.

Eso me recuerda...
A la mente de Dragunov, llegan recuerdos no muy lejanos.
"Tomar los pueblos aledaños como bases de operación y así facilitar una operación de avance, y quién sabe, tal vez expandir un poco más nuestro nuevo imperio"
De regreso en el presente.
¿Acaso lo estuvo...? ¿O es que sólo es una casualidad?

- Ocho días, como mínimo... No, siete, si apresuramos y nos concentramos en ese punto obtendremos mejores resultados.
Declara Herskauff. Herzok replica.
- Bien.

Inserta las piezas que representan a las divisiones en el mapa y expresa.
- Si mantenemos ocupadas a las tropas vladias en el norte y en el Barako-tieg, podremos concentrar la fuerza ofensiva en dirección a Karsak... Una vez que tengamos control sobre la ciudad, formaremos un cerco defensivo que nos permitirá avanzar más uniformemente.

- Claro, y al momento en que accedamos a Arcadia, tendremos una mejor posición que nos permitirá defender los flancos izquierdo y derecho.
Dice Dragunov asombrado.

Parece un plan perfecto... Tiene que serlo... De él depende nuestra victoria, tenemos sólo una oportunidad y es ésta... Han emprendido su cruzada, ahora nosotros iniciaremos la nuestra.

Decker Wolf




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